¿Qué pasará después del Coronavirus en escuelas y trabajos?


Luis Josué Lugo

Por el reciente miedo a contagiarse de Coronavirus, diversas escuelas han pasado sus clases de modo presencial a digital. Al tiempo que varias empresas han optado por mandar a sus trabajadores al modo “home office” (trabajo desde casa). Sin embargo, detrás de este proceso, hallamos falta de planeación política, reforzamiento de la explotación laboral, y brechas de diversa índole.

 

Y es que, como medidas para el aislamiento como producto de las fases 2 y 3 del Coronavirus, en casi todas las escuelas pidieron a profesores impartir sus clases en línea. Sin embargo, esto requiere: a) planeación de clases, b) adaptación de contenidos tradicionales a formatos digitales, c) banda ancha que soporte una interacción digital de alto número de participantes, d) habilidades digitales para manejar herramientas digitales.

Mientras que en el plano laboral, hay brechas de edades que ponen en situación difícil a adultos mayores que no se han apropiado de las tecnologías, además de que según varios trabajadores se han ampliado los mecanismos de control y vigilancia (vigilándoles con micrófono o cámaras), sin considerar que en en algunos contextos, las conexiones a Internet son inestables, no se cuentan con espacios de trabajo propios, y el tener a hijos en casa, dificulta el home office (toda vez que varios infantes no pueden ir a guarderías y escuelas por el virus ya mencionado).

Y es que, en ambos casos, se habla de un tema de apropiación. El cual es un concepto que desde hace años han trabajado importantes investigadoras como Delia Crovi y Marilú Garay. En suma, se plantean que no sólo se debe pensar en tener acceso y usar la tecnología (lo cual ya supone contar con infraestructura necesaria, así como con ciertas habilidades digitales), sino que también exista una apropiación de los dispositivos digitales.

¿A qué se refiere esta idea? A que los dispositivos digitales sean utilizados para que el conocimiento de las personas se amplíe y con ello aprendan a ser y aprendan a hacer nuevas cosas en sus vidas. En este caso, que un profesor, amplifique sus conocimientos y pedagogías, con mediación de las tecnologías. Y los estudiantes se vean beneficiados, contando con procesos de diálogo y participación.

Para lo anterior es necesario que se incorporen talleres y materias de alfabetización digital (han existido propuestas de especialistas como Guillermo Orozco, para que tal medida suceda desde educación básica), los cuales en el presente sexenio no han sido del todo claras (y que representan uno de los actuales retos para varias agendas de gobierno abierto a nivel mundial, según organismos como la UNESCO y OCDE).

Esto se relaciona al aspecto laboral, en los cuales varios trabajadores reportan que sus trabajos no sabían cómo enfrentar la crisis del Coronavirus. La solución fue mandarlos a hacer trabajo en casa (home oficce), sin considerar aspectos de cultura política que dificultan este proceso.

Peor aún, en empresas como acuática Nelson Vargas, Sportium y ALSEA, -operador de marcas como Domino´s Pizza, Starbucks, Burger King, Chilis, P.F., Italiani´s, Vips, El Portón-, obligaron a que sus trabajadores firmaran contratos de suspensión temporal. O en otros casos, se les notificó que no se les pagarían el tiempo de cuarentena.

Aún más: ahora que varias organizaciones, empresas y escuelas “descubrieron” las ventajas de combinar modelos tradicionales con sistemas en línea, es importante que se cuide que esto no vaya a traer consigo mayor explotación laboral. Pues para varios teóricos del Capitalismo Cognitivo, las TIC podrían utilizarse como fuentes que generen mayor plusvalía; es decir, trabajo no remunerado.

Para que quede claro: en algún escenario positivo del “post coronavirus”; las personas podrían trabajar varios de sus días laborales desde casa, con lo que se ahorrarían tiempos de traslado, la ciudad se congestionan menos, etc… pero contrario a ello, una de las tendencias negativas (ligada directamente al Capitalismo y el interés de “ganar a costa de lo que sea”) podría ser que además del trabajo que un sujeto ya tiene, se le sume más con mediación de la tecnología.

Al final, debe tenerse claro que las tecnologías con complementos de la vida social, y todo cambio que éstas supongan, depende de una estructura social que así lo posibilite. En otras palabras, si no hay apropiación, habilidades y modelos justos de derechos y sistemas sociales, es muy probable que las TIC se vuelvan distópicas; pues aumentarán la explotación, injusticias y brechas.

De la falta de responsabilidad en los medios al la pandemia informativa del Coronavirus


Luis Josué Lugo

Los medios de comunicación tienen una función vital para las democracias en el mundo, pues brindan información para que ciudadanos puedan formarse un juicio y tomar decisiones en su vida diaria. Por ello, resulta importante su ética, investigación y profesionalismo.

 

Así, de entre tantos sucesos que ocurre diariamente, los medios configuran una agenda -a la cual se le denomina “agenda setting”- en la cual enmarcan los hechos que suceden (con su propia ideología y tratamiento).

En este sentido, lo deseable sería que las coberturas que hicieran, siempre estuvieran respaldadas con fuentes confiables, pluralidad informativa y sin ser sensacionalistas. Sin embargo, como han apuntado especialistas (tales como Ramón Reig o Noam Chomsky), muchas veces ponderan el sensacionalismo, además de tener fuertes vínculos con gobiernos y empresas.

Lo anterior cabe analizarlo en el tratamiento que se está dando al Coronavirus, en el cual abunda falta de rigor en la información, así como sensacionalismo en los encabezados e información; además de falacias (argumentos no sostenidos), que pueden engañar a la gente.

Aunado a ello, el contexto digital suma un problema más: las “fake news”, es decir, noticias falsas que se van propagando a través de plataformas digitales, e incentivan, aún más, el pánico colectivo. Porque, entonces el ciudadano no sólo tiene a medios de comunicación que magnifican un problema, sino que en sus búsquedas en Internet, pueden espantarse más con dichas noticias falsas.

Aspectos que impulsan “estados de shock”, como apunta Naomi Klein, con lo cual la población queda sumisa ante decisiones políticas de sus gobiernos y órganos internacionales, puesto que lo que se desea es “salir de la crisis”, sea con el costo que sea (así se pierda libertad).

Caos colectivo que, de nuevo cabe insistir, puede ser potenciado por los medios de comunicación. Por ejemplo, si hacemos una búsqueda en Google sobre noticias relacionadas al Coronavirus, hallamos en las primeras búsquedas las siguientes notas:

“Nuevo León y Aguascalientes confirmaron nuevos casos de coronavirus: suman 43 en México (Ifobae)”, “Madrid supera los 3.500 casos positivos por Covid-19 (El País)”, “Coronavirus: El primer niño contagiado tiene 4 años y vive en Chaco (El Tiempo)”, “Por coronavirus, restringen entrada de extranjeros a Colombia (El Tiempo)”.

Como se puede observar, incluso en un contexto global, varios medios de comunicación ofrecen encabezados que abonan a generar miedo e incertidumbre entre los lectores. Esto, porque las coberturas son sobre los puntos negativos del Covid 19.

Esto, también sucede porque muchas veces los medios replican la información, sin hacer una investigación propia, toman las mismas fuentes; o bien, buscan encabezados que generen ventas, soslayando su responsabilidad social, sobre todo en temas tan delicados como el que trata la presente columna.

Lo que llevaría a cuestionar: ¿qué podrían publicar medios, sobre todo los que tienen recursos para coberturas informativas (y muchas veces son los más leídos)? Y entre varias respuestas, se puede aducir que periodismo especializado, el cual tendría que precisar de investigaciones a fondo, las cuales además conjuguen la voz de distintos especialistas destacados en el área.

Además de que  ofrezcan información que coadyuve a que los ciudadanos tomen mejores decisiones (similar al esfuerzo que están haciendo medios independientes como Animal Político, quienes han desarrollado una plataforma especial para difundir información sobre el Coronavirus y al mismo tiempo, alertar de las noticias que son falsas).

En consecuencia, no se desestima el esfuerzo de varios medios que a veces lo hacen. Aunque se considera que tal labor debe extenderse, pues estas acciones podrían promover que los ciudadanos tengan información, que para el caso del Coronavirus, les ayude a entender el trasfondo político del problema, las posibles alternativas; o para comprender los fenómenos sociales que están quedando fuera por hablar tanto del tema en cuestión.

Al tiempo que constantemente este tipo de periodismo de investigación tendría que estarse impulsando; -no sólo para atender crisis como la del Coronavirus-. Cabe enfatizar que tras los temas ambientales se hallan vidas implicadas. Y tras esas vidas implicadas, está la seguridad y libertad de todos y todas.

Legalización de la Cannabis: iniciativa progresista, mecanismos insuficientes


Luis Josué Lugo

En la ciudad de Amsterdam se distinguen los denominados “cafés culturales”, en los cuales a la par de hallar espacios para leer o hablar de política/cultura/arte, existen espacios al aire libre destinados a fumar cannabis, en una dosis que no exceda de la permitida por el establecimiento (y las leyes del Estado). Dicho proceso es salvaguardado por algunas personas de seguridad por si algún conflicto se genera.

Tal imagen parecería ya no estar tan alejada de nuestro contexto, pues esta semana tomó fuerza el tema de la legalización de la marihuana en la Ciudad de México debido al Dictamen de la Ley General para el Control de Cannabis.  Lo que además es importante de discutir en un país que sigue padeciendo los estragos del narcotráfico que en varios estados ópera junto al crimen organizado.

No obstante, en nuestro país si dicha iniciativa es aprobada, necesariamente tendría que ir acompañada de apoyo a productores locales. Además, dicha discusión sobre la legalización también tendría que contener campañas y acciones preventivas para procurar su uso responsable. Y también, para que ésta , no resulte contraproducente para ciertos sectores sociales, que podrían verse desfavorecidos y estigmatizados.

Aún más: muchas veces se discute de la cannabis en sí misma, pero no de quienes consumen, lo cual implica pensar en la diversidad de grupos que la usan (o utilizarán), lo que indudablemente requiere crear políticas situadas para dar acompañamiento a estos procesos, con el fin de que efectivamente se re construya el tejido social de comunidades que han resultado afectadas con la criminalización de quienes, a veces por necesidad u obligación, cultivan .

Aunque indudablemente, el punto central residiría en hallar la dimensión política de este fenómeno, con el fin de que esta acción coadyuve a frenar la violencia desprendida del fenómeno del narcotráfico (que en la última década ha dejado más de 250 mil muertos en lo que algunos han denominado “guerra”).

En este sentido, la Suprema Corte de Justicia de la Nación mencionó que la prohibición de cannabis es inconstitucional (para su consumo lúdico o recreativo). Lo que partió de la premisa en la cual existe el derecho al libre desarrollo de la personalidad.

Y aún más, investigadores del CIDE sugieren que se revisen casos como el de Canadá, país en el que se legalizó la marihuana hace un año, puesto que este tema tendría que verse por estados; por ejemplo, para revisar concesiones de distribución (y que no beneficien a unos pocos negocios extranjeros), o bien, fenómenos como el que sucedió en Vancouver, pues se registraron numerosos casos de sobredosis por opaceos contaminados.

En México, diversas organizaciones han advertido que la legalización pareciera estar hecha para favorecer a oligopolios capitalistas, pues en la encomienda se incluyen reglamentos de testeo y trazabilidad que sólo empresas extranjeras pudieran conseguir; lo que desfavorecería a pequeños productores o campesinos (quienes inclusive pudieran ser criminalizados).

“Si se analiza el régimen transitorio a detalle, se puede ver que el Instituto del Cannabis hará la adquisición de millones de semillas de algunas empresas, para luego, de una forma que aún no es clara, darlas a los productores y cultivadores en México. Este es un negocio multimillonario ¿para quién?”, advierte Julio Salazar Ramírez, integrante de México Unido contra la Delincuencia.

Otros puntos que quedan pendientes; son por ejemplo, el autocultivo (quien lo quiera hacer tendría que pasar por procedimientos que también involucran a estas empresas extranjeras), así como el uso de la cannabis, pues en Canadá se le compara con el alcohol, o para fines de manejo, con los mismos efectos de dichas bebidas (lo cual aún no tiene sustento), sin exceptuar que para algunos especialistas también se beneficiaría a la industria de comida chatarra que utilizaría la cannabis, engañando al consumidor.

Por ello, es importante que se genere un debate abierto a especialistas y que el Instituto de la Cannabis, además de emitir 5 tipos de permisos para cultivar, transformar, comercializar, importar o exportar e investigación; garantice que los beneficios serán sociales, y no sólo empresariales.  Si esto no sucede, como han advertido investigadores tales como Raúl Bejarano, la violencia como producto de las drogas, difícilmente bajará.

Rentas elevadas y desigualdades: el entorno de la gentrificación en la CDMX


Víctor Vilchis, Jaime Mondragón y Luis Josué Lugo (Contratiempo MX). 

 

Rodeados de parques que cuidan el ambiente vecinal e incluso tienen áreas especiales para las mascotas, los vecinos de La Condesa pueden correr al aire libre y por supuesto, tomar algún café o cerveza en los múltiples sitios que se observan a su alrededor.

 

Además, se observan a policías que resguardan las calles, así como anuncios de las delegaciones que procuran la integración de los vecinos. Es fácil advertir que los departamentos alrededor poseen sus propios huertos urbanos, y se distinguen tiendas especiales para personas veganas, así como hospitales de mascotas.

 

Situación similar a Coyoacán, en donde los vecinos pueden acudir al kiosco, visitar alguna tienda artesanal, e incorporarse a terapias de medicina alternativa y meditación. Inclusive se aprecian a ciclistas que deciden apelar al transporte alternativo.

 

Aspecto que contrasta con algunos pueblos de esta misma delegación, en los cuales abunda la escasez de agua y según el Observatorio Nacional Ciudadano, además hay un incremento de asaltos e inseguridad.

 

Aunado a que, según varios vecinos las rentas han ido subiendo y esto ha provocado un desplazamiento urbano. “Antes yo vivía cerca de metro Copilco, luego me tuve que pasar a Copilco el Alto, y ahora terminé en Santo Domingo”, expresa uno de ellos. Y es que tan solo en esta colonia el precio medio de renta mensual va de los $11,805 (cerca del metro), $10,265 (en Copilco El Alto), a los $7,870 (Santo Domingo), según la página especializada de vivienda Propiedades.com, la cual también menciona que en delegaciones como Cuauhtémoc el precio de la renta puede llegar a $44 mil.

 

De tal forma que, dichos procesos implican el aumento en rentas, desplazamiento entre la propia ciudad (de zonas céntricas a periféricas), inequidades en la inversión pública, diferencias en espacios públicos (respecto a temas como seguridad), así como puntos para la recreación; lo cual recibe el nombre de gentrificación.

 

Qué es la gentrificación: la explicación que está en casi todo

 

En principio, habría que precisar a qué se refiere el proceso de gentrificación, el cual puede entenderse como desplazamientos que suceden mientras inmobiliarias e inversionistas estandarizan zonas que encarecen los servicios, según aseveró en entrevista para Buzos, Luis Alberto Salinas Arreortua investigador del centro de investigaciòn de geografía en la UNAM.

 

Al mismo tiempo, de acuerdo con Erika A. Alcantar García, candidata a Doctora en urbanismo por la UNAM,  es un fenómeno de orden procesual en donde agentes de mayores ingresos desplazan a habitantes de menor poder adquisitivo en áreas específicas de la ciudad.  Dicho proceso de gentrificación, tiene dos componentes básicos: 1) La llegada de actores de mayores ingreso a barrios marginados que se le suele denominar como “pobres”, y 2) su desplazamiento como efecto del primero, según afirmó en entrevista para Buzos. 

 

En su concepción histórica, Erika A. Alcantar, también profesora en la Facultad de Arquitectura, señala que la gentrificación es un término controvertido el cual implica desplazamiento y una cuestión económica, “pues si bien ahora se agradece que esté en boca de todos, la gente se manifieste y denuncie, el concepto fue acuñado por una socióloga inglesa llamada Ruth Glass; quien en los años sesenta denunció el proceso que aquejaba a la ciudad de Londres en donde los barrios que eran habitados por clases de menores ingresos y racialmente diversas, ahora se ocupaban por gente de mayores ingresos, aumentado el precio del suelo y cambiando las actividades económicas de los barrios lo que les volvía más caros, por lo tanto la gente tenía que desplazarse”, según mencionó quien también está especializada en temas de historia urbana.

 

Por otra parte, Salinas agrega que la gentrificación se refiere a “un proceso en el cual se están favoreciendo a población de ingresos medios y altos por encima de la población de bajos recursos, afectando a distintos sectores, siendo una de sus consecuencias el desplazamiento o el despojo de residentes”.

 

Por otro lado, dicho fenómeno, para el especialista Ignacio Ortiz significa elitización o aburguesamiento, el cual: “es un fenómeno que sucede cuando un barrio, por sus características, se vuelve atractivo para un sector de ciudadanos, en principio con rentas más elevadas, que lo comienza a rehabilitar, a mudarse a sus edificios, a recuperarlo y en definitiva a modificarlo en su fisonomía urbana” .Y es que, distinguimos dos tipos de gentrificación: ascendente y descendente. Entendido por la primera, también nombrada como gentrificación positiva, una mejor a en la imagen del espacio intervenido con la consecuencia de un aumento en la recaudación del impuesto predial, el uso de suelo y la densidad poblacional. Con respecto a la segunda, su efecto resulta son un deterioro del vecindario, menor atención del gobierno local, viviendas abandonadas e incremento en niveles de inseguridad, explica el investigador Sobrino, investigador del Centro de Estudios Demográficos del Colegio de México (COLMEX).

 

Finalmente, para Luis Alberto Salinas Arreortua, Doctor en geografía por la UNAM, la gentrificación sería un proceso en el cual se están favoreciendo a población de ingresos medios y altos por encima de aquellos con bajos recursos, afectando a distintos sectores; siendo una de sus consecuencias el desplazamiento o el despojo de residentes. “Cabe destacar que este proceso se ha venido agravando con el tiempo”, finalizó quien también hizo una estancia postdoctoral Universidad Autónoma de Madrid.

 

Gentrificación en la CDMX: más para los ricos. 

Ahora bien, este fenómeno de la gentrificación se manifiesta con más fuerza en las capitales. Tal es el caso de la Ciudad de México. Según un reportaje publicado por Sara Cantera en El Universal, las colonias que se han “aburguesado” en la CDMX han sido: Doctores, Obrera, Tabacalera y Álamos. De acuerdo con especialistas, uno de los principales factores para que esto suceda es su ubicación.

 

Según Luis Alberto Salinas, al hablar de gentrificación, las características van a ser diferentes dependiendo el contexto o de las propias características locales, lo cual implica que van a ser distintas las consecuencias que puedan ocurrir en colonias como La Roma, Santa María la Ribera o La Doctores, que están viviendo este tipo de procesos de gentrificación, según comentó el también autor del conocido artículo “La gentrificación en el contexto latinoamericano”.

 

Aunque, el especialista apuntó que algunas de las características que comparten de manera general es el incremento de precios en comercios, como tiendas de abarrotes pensadas para satisfacer las necesidades de consumo básico, llegando a transformarse en bares o tiendas de marca. “Todos estos espacios de consumo no están dirigidos necesariamente a la población residente, sino a una de ingresos más altos”, según expresó Salinas.

 

Hecho preocupante para la segunda ciudad más extensa del mundo, pues según Salinas, eso quiere decir que en las áreas centrales como la alcaldía Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Coyoacán son las privilegiadas en concentración de servicios, movilidad, oferta cultural y demás. Como consecuencia, también se da un aumento del precio del suelo. “¿Quién va a poder habitar esos lugares? Las clases medias y altas”, apuntó el especialista.

 

Además de lo anterior, se destaca un incremento de precios en comercios de consumo básico, espacios no dirigidos a la población residente sino a una de mayores ingresos, y políticas neoliberales por parte de gobiernos locales que favorecen proyectos habitacionales, los cuales ayudan a inmobiliarias, según explica la doctora en urbanismo Erika A. Alcantar por parte de la UNAM en entrevista para Buzos.

 

Segùn datos de airbnb la renta en zona céntricas como la condesa en Cuauhtémoc se promedia de 250 a 1000 peso por noche, en cambio según trovit.com en zonas como la Alcaldía gustavo A Madero (en Gertrudis Sánchez) se encuentran rentas de 3400 peso que se promediaria en 113 pesos por noche.

 

De acuerdo con la especialista, quien también es autora del artículo  “el urbanismo popular en México. Elementos para una historia pendiente”, dicho proceso ha supuesto que personas con mayor poder adquisitivo arriben a estos espacios que por su ubicación concentran una serie de servicios  como son la movilidad, acceso al agua, electricidad y oferta cultural. Por mencionar un ejemplo, según se consultó en dichas zonas, el café en una zona gentrificada puede costar hasta $70, mientras que en delegaciones como Iztapalapa está en $20. Al tiempo que un servicio de cabello en zonas como La Condesa puede costar $350, mientras que en Milpa Alta $50.

Sumado a lo anterior, “estos proyectos -que suelen ir encubiertos por el discurso de la revitalización o el rescate de los barrios- en realidad no son otra cosa que el despliegue estratégico de medidas y acciones que permiten la especulación y el enriquecimiento de inversionistas, constructores, financieros y funcionarios públicos”, menciona el jurista especializado en dichos temas Rodrigo Gutiérrez.

Aún más: la Ciudad de México es un una de las ciudades más caras para rentar, pues inclusive hay personas que invierten hasta el 60% de sus ingresos en cubrir dicho aspecto de sus vidas, por encima incluso de ciudades como Paris, Singapur,  Manhatan, Nueva York o Los Ángeles, según Pricewatherhouse Coopers (Pwc). Aspecto que las inmobiliarias aprovechan para jugar con la oferta y demanda, aumentando año con año el precio del suelo.

Por ello, y derivado de una investigación hecha por buzos en los sitios Inmobiliaria.con y propiedades.com, se ofrece una comparación de precios de renta en 2007 e inicios de 2020

Precio de renta en 2007 Precio de renta a inicios de 2020
Condesa 25 mil pesos 27 mil 500 pesos
Nápoles 21 mil pesos 20 mil 700 pesos
Roma Norte 19 mil pesos 22 mil 100 pesos
Del Valle 16 mil pesos 18 mil setecientos pesos
Anahuac 14 mil 500 pesos 18 mil setecientos pesos
Narvarte 13 mil 500 pesos 18 mil setecientos pesos

Aunque esto no es todo, pues también se asiste a una mayor oferta de servicios como centros comerciales, o bien cafeterías, heladerías, bares, barberías, librerías, etc. También esto vincula con temas de espacio público, pues si bien, en algunas ocasiones puede volverse más seguro, por otro lado también se vuelve más restringido en cuanto a acceso social. Inclusive en ocasiones las plazas pueden ser sustituidas por centros comerciales.

En contextos como el de la ciudad, muchas veces estos fenómenos de gentrificación también vienen asociados con procesos de desplazamiento forzado. Según la Procuraduría General de Justicia (PGJ), entre 2010 y 2015, cada día se produjeron en la ciudad 8.6 desalojos, “a los que con un eufemismo los jueces llaman “lanzamientos”, menciona Gutiérrez.

 

Por eso resulta fundamental el concepto de gentrificación, “porque nos da una forma de lectura para el fenómeno que está ocurriendo en la CDMX, bajo un contexto de expansión urbana y crecimiento de la desigualdad social, sobre todo pensando en la segregación que existe en la periferia de la ciudad”, sentenció Salinas.

 

Gobierno e inmobiliarias en la CDMX: el discreto encanto de la gentrificación

 

Hablar de proyectos inmobiliarios en la CDMX, implica una vinculación muy fuerte con el gobierno,  pues el Doctor Luis Alberto Salinas señala que a raíz de las políticas neoliberales que se han ido implementando desde hace 20 años, se ha afectado el desarrollo urbano, con consecuencias desiguales para las poblaciones populares.

 

Por tanto, de ese paso del neoliberalismo que privilegia a empresas por encima de intereses sociales  (según especialistas como Anderson), no es de extrañar que desde el gobierno de Miguel Ángel Mancera se señalan casos en los que la PGJ despojo de propiedades a diversos ciudadanos con el fin de ofrecerlas a desarrolladoras de proyectos inmobiliarios como señala el periodista Mario Maldonado para El Universal.

 

En consonancia con dicha idea, la también autora del artículo “Los imaginarios del turismo: el caso de los pueblos mágicos”, Erika A. Alcantar, comenta que una las situaciones que más desprotegen a la ciudadanía ante la gentrificación es la falta títulos mobiliarios, sobre todo en las zonas céntricas de la ciudad  lo que facilita que el gobierno pueda tomar dichas propiedades y justificando sus acciones bajo el discurso de implementar acciones de mejorar la ciudad.

 

Sumado a lo anterior hay que destacar que en el gobierno de Mancera se apostaba por convertir a la ciudad en una marca, situación que beneficiaba la inversión de bienes raíces, de acuerdo con Leonardo González, analista Real Estate de Propiedades.com, según mencionó en entrevista para Dinero en imagen, “ya que se logra aumentar el uso de suelo y atrae la iniciativa privada”, sentenció.

 

A día de hoy la apuesta del gobierno no ha variado mucho, pues la jefa de gobierno en turno, Claudia Sheinbaum, reconoce en el Convenio para el Fortalecimiento de la Normatividad en Materia de Edificación que en sus años restantes de gobierno, se buscará una inversión anual de 35, 000 millones de pesos en la industria de la construcción.

 

Y aunque advirtió que este precedente para la creación de una Ley de Edificaciones, no busca relacionarse con inmobiliarias, también hay que recordar que su margen de acción se ha visto limitada como sucedió el 27 de noviembre del año pasado en que el el Congreso local eliminó su facultad para presentar leyes preferentes a mismo tiempo que su posibilidad de hacer observaciones, situación que aún no ha cambiado mucho, pues Marío Maldonado reporta que el asesor en materia legal de Sheinbaum, Nestor Vargas, reporta primero las propuestas de ley a la Presidencia de la República.

 

Consecuencias y alternativas en la sociedad

Ahora bien, según los especialistas consultados, a pesar de la exlcusión vivida en la gentrificación, aún quedan algunas alternativas sociales, para hacer conciencia sobre el hecho, y buscar soluciones públicas

En este sentido, Salinas menciona que con el encarecimiento de los servicios en zonas como La Condesa, la gente que no tiene la posibilidad de pagar lo que la zona ofrece, tiene la necesidad de buscar un nuevo entorno en donde sus recursos alcancen. Así, “las interacciones sociales se ven afectadas, pues la idea de barrio desaparece, y con la entrada de nuevas empresas la convivencia cambia”, espetó el también autor del artículo Gentrification in Spain and Latin America: a Critical Dialogue.

Además, señala Gutiérrez, muchas veces los barrios se han construido con el esfuerzo colectivo de diversas personas a lo largo de su historia, lo que podríamos considerar como un valor cultural que es despojado por inmobiliarias en contubernio con gobiernos locales y estatales.

Tambièn, para los pobladores como José Tomás Huerta, líder de la asamblea de los pedregales de coyoacán, la creaciòn de nuevas edificaciones, como el caso de “Quiero casa” en la zona de aztecas nùmero 215 en coyoacán les va a repercutir para su desarrollo, pues el asambleísta comenta para buzos, que con el ingreso de estas construcciones, se aumentan las rentas y los servicios como la luz, agua, gas, así como el uso de suelo.

Por ello, entre las alternativas que puede haber en el proceso de gentrificaciòn està, para la propia Tamara Velázquez, que el Estado puede intervenir fijado precios máximos en las rentas, así como estableciendo mecanismos anti corrupción para inmobiliarias.

Un ejemplo de esta alternativa fue publicado por el diario público donde el 31 de enero del 2020 El Parlamento Berlinès aprobó una ley para congelar y fijar un tope de alquileres, con la idea de congelar los arrendamientos por cinco años, con un tope de 9,80 euros con la intenciòn de frenar los alquileres.

Asimismo, Tamara menciona que hay que agregar la necesidad de exponer estos problemas en distintos espacios. Inclusive se pueden generar fondos de vivienda para interés social recogiendo una parte del dinero a inversionistas.

Inclusive, y contrario a la lógica que ha operado en espacios como La Condesa, para investigadores como Luis Alberto Salinas, es posible propiciar procesos mixtos de saneamiento, “puede haber lapsos de recuperación urbana si la revitalización de un espacio mantiene y no afecta a la población residente. Ocurrió en México después de los sismos del 85; mediante un programa de renovación habitacional popular se construyó vivienda tanto para mantener a residentes originales, como para atraer a colonos de otros sitios, que al comprar o rentar pagarán parte del costo de construcción”, sentenció el investigador.

No obstante, otra alternativa es la organización ciudadana, así lo menciona la Maestra Erika Alcantar, ya que  la organización masiva ciudadana pude hacer frente a los procesos de gentrificación como se ha visto en otras partes de América Latina.

La Maestra Alcantar comenta que, la organización ciudadana es una alternativa, así lo marca la historia, tal es el caso de México en el sismo del 85 cuando pobladores de zonas como lagunilla y guerrero se mantuvieron en sus viviendas gracias a las demandas que hicieron por no ser desalojados ante la reconstrucción que provocó  el sismo.

 

Finalmente, también existen casos de organización popular que han triunfado; por ejemplo las tiendas de barrio que siguen funcionando frente a Oxxos que acaparan las colonias en la Ciudad, o casos más concretos en donde vecinos han frenado entrada de empresas de gas (en Avenida Aztecas, Coyoacán); y pueblos que han ganado juicios frente a trasnacionales (como pasó en Ecuador, frente a Chevron, o en Argentina, en juicio contra Monsanto). Porque al final, como señaló el escritor uruguayo Eduardo Galeano, frente a fenómenos como la globalización económica: “«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo ».

 

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Contratiempo MX es una organización constituida por profesores y tesistas de la UNAM que promueven intervenciones sociales, investigaciones académicas y periodísticas sobre la sociedad y la comunicación, así como proyectos transmedia.

El coronavirus como paranoia social


Luis Josué Lugo

Recientemente se han encontrado casos de coronavirus en nuestro país. Lo que ha encendido las alarmas de pobladores, medios de comunicación e instituciones públicas. Esto, generó diversas consecuencias, tales como: agotamiento de los cubre bocas en farmacias, pánico colectivo, e incluso algunos casos de xenofobia contra pobladores ligados a culturas asiáticas.

Esto, nos recuerda la idea de “sociedad de riesgo” que ya planteaba el especialista en Sociología Ulrich Beck, quien mencionó que en el contexto de globalización que vivimos, las personas poseen una inseguridad muy fuerte (por la ineficiencia de Estados), pues pareciera que en cualquier momento les puede pasar cualquier cosa. Lo cual, en el presente caso está focalizado en contraer el Coronavirus.

Sin embargo, cabría cuestionar: ¿por qué ahora se vuelve relevante dicha enfermedad, cuando en nuestro país diariamente mueren personas por diabetes, cáncer, obesidad o inclusive por virus como la influenza?

Más allá de teorías conspiratorias que serían complicadas de probar, lo cierto es que sorprende que en este marco, los medios de comunicación han jugado un papel preponderante para maximizar la sensación de indefensión ante dicha enfermedad. Lo que ha sido potenciado por marcas (por ejemplo ligadas a la industria farmaceútica, que han colaborado a la difusión del hecho, sacando provecho de esta situación).

En una cobertura que ha hecho la BBC se menciona: “Pese al reiterado llamado a la calma, los mexicanos no hablan de otra cosa en las calles y en las redes sociales. En algunas farmacias se vieron largas filas para comprar gel desinfectante y mascarillas cubrebocas, que se agotaron en muchos puntos”.

Mención aparte merecen nuestras instituciones públicas que ante estas crisis demuestran lo endebles que son. ¿O alguien cree que el Seguro Social está en condiciones para atender una pandemia como la que podría desatar el Coronavirus?

Y es que, de acuerdo Araceli Aburto, catedrática de medicana en la UNAM: «Hay lugares de Ciudad de México en los que la densidad es de más de 5.000 personas por km2, aquí el factor de transmisibilidad es mucho más rápido (…) la transmisión yendo en metro o transporte público en hora pico. Es inevitable, definitivamente«.

Por lo cual, con esta columna no se pretende desestimar o desatender el problema. Sin embargo, sí resulta conveniente hacer un observación crítica del fenómeno, para que además de atender las recomendaciones de fuentes serias , se apele a no incentivar un clima de paranoia social.

Pues, esto también tiene su dimensión política. En este sentido, Javier Gallego expresó: “No dejo de ver en esta crisis los mismos síntomas de debilidad social y política que han llevado al regreso del fascismo. Lo aterrador no es el coronavirus sino lo fácil que es llevar a la población al pánico y de ahí a la xenofobia y de ahí a la ultraderecha (…) El sueño del mercado produce monstruos”, según expresó en El Diario.es.

Tales palabras podrían parecer exageradas, pero si sujetamos el planteamiento a teorías como la del shock de la especialista Naomí Klein, se observará que hay estrategias políticas que bajo situaciones de clima social muy álgido, diversos políticos aprovechan para implantar políticas de miedo, o bien, lanzar plataformas políticas de líderes autocráticos que podrían “defender al pueblo”.

Lo que al mismo tiempo trae a colación la necesidad de pensar en la dimensión colectiva de este fenómeno; es decir, que el desabasto de materiales y medicamentos por las compras de pánico en la población pueden afectar a quienes realmente se infecten; al tiempo que el servicio público será más ineficiente, en tanto las personas saturen los hospitales por la paranoia social.

De igual manera, es importante que que la política y los políticos trabajen en reforzar derechos sociales que impidan el ascenso de propuestas que apelan a la xenofobia y el fascismo aprovechando climas de shock y paranoia social.

Porque finalmente, también en la dimensión de los ciudadanos, es importante recordar que muchos de los cuidados que se proyectan respecto al Coronavirus son importantes de hacer, no sólo en estos tiempos de paranoia social, sino en regímenes de vida que privilegien una alimentación equilibrada, pensamiento crítico y la prevención de enfermedades.

UNAM: de su democratización a una probable intervención política.


Luis Josué Lugo

Recientemente, Miguel Ángel Jauregui, diputado de Morena, propuso a la UNAM democratizar sus mecanismos de decisiones políticas internas, mediante elecciones directas para la selección de rector. Según expresó el político: “por medio de elecciones abiertas, equitativas, competitivas y transparentes, a través de voto libre y secreto”.

La propuesta, pareciera tener sentido en una institución en la cual el rector es elegido por una junta de gobierno, y los directores de las escuelas son seleccionados por el propio rector, lo cual habla de decisiones políticas muy centralizadas.Pero que por otro lado, parece soslayar que en universidades con dichos procedimientos, los vicios de sus jornadas electorales han tenido costos políticos muy altos; desde riñas, hasta compra de votos masiva.

Además, llama la atención que tal propuesta emerja en el actual clima que vive la mejor universidad del país (según Webometrics, en su más reciente clasificación), cuyo eje nodal reside en la violencia de género e inseguridad que padece la comunidad universitaria. Por ello, podría mencionarse que esta iniciativa podría parecer “oportunista”, en un momento que la Universidad debe cerrar filas, pero con relación a atender los problemas previamente mencionados.

Indudablemente, uno de los trasfondos podría implicar los intereses de  Morena para seguir formando cuadros dentro de la UNAM, con el fin de fortalecer sus cotos de poder (aspecto en los cuales otros partidos también estarían interesados), no sólo por recursos económicos, sino también por aquellos de carácter intelectual, cultural y simbólicos.

En este sentido, debe pensarse que podría interesarles incorporar y reforzar la presencia de sus “intelectuales orgánicos” dentro de la UNAM, lo que les ayudaría  a seguir legitimando sus políticas públicas, decisiones e incluso equivocaciones (previniendo los climas de futuras elecciones), lo que al mismo tiempo opacaría el pluralismo que debe imperar en la máxima casa de estudios.

Motivo por el cual, el actual rector (quien para aspectos como la “violencia de género” ha sido fuertemente criticado por no ofrecer soluciones a gran parte de la comunidad) expresó: “El hecho de presentar una iniciativa como ésta, solo puede ser interpretado como un intento de desestabilizar la vida universitaria, en momentos en que la UNAM lleva a cabo los cambios pertinentes a su normatividad para que las y los universitarios convivan en un ambiente de respeto, paz y seguridad”, según mencionó en un oficio dirigido a la bancada de Morena, contando con el respaldo de gran parte de la comunidad UNAM.

Acto seguido: el problema paró cuatro días después de la propuesta hecha por Jauregui. Empero, aún quedan algunas lagunas que corresponde seguir solucionando a la propia comunidad (toda vez que el propio rector reconoció que hay una escalada política el diversos estados contra las autonomías universitarias).

De tal modo que es fundamental atender a la autonomía de la UNAM, en tanto las decisiones que se tomen al interior de la misma no beneficien a un solo grupo político, -máxime si se encuentra en el poder- con el fin de que dicha institución pueda continuar como la “conciencia crítica de la sociedad”.

En este sentido, a pesar de que personajes del propio partido se pronunciaron en favor del respeto a la autonomía de la UNAM (tales como Martha Ávila, quien funge como coordinadora de Morena en la CDMX, o la propia jefa de gobierno Claudia Sheinbaum), habría que considerar la propuesta del diputado de Morena como una posible medición del clima político respecto a la supuesta “democratización de la universidad”.

Por otro lado, la UNAM tampoco puede ser ciega a los conflictos que vive en su interior; no sólo con los problemas de género e inseguridad que urge atender, sino también mediante la toma de decisiones en la propia universidad, toda vez que catedráticos reconocidos, tales como el politólogo Enrique Suárez Iñíguez, ya han apuntado los procesos anti democráticos que se vive en algunas tomas de decisiones políticas.

En suma, resulta importante que desde la propia legislación universitaria se vele por procesos de mayor involucramiento de la comunidad en la toma de decisiones (lo cual también podría abarcar la situación de profesores de asignatura, contratación de tiempos completos, etc), cuidando la autonomía de la máxima casa de estudios.

De lo contrario, intereses externos intentarán involucrarse con los riesgos de aumentar los cotos de micro poderes en la UNAM, cuando lo que se necesita es la democratización -no partidista- de la misma.

Contra el sensacionalismo mediático


Luis Josué Lugo

Recientemente diversos medios de comunicación difundieron fotos de Ingrid Escamilla, joven de 25 años quien fue asesinada por su pareja. A este hecho se sumó que por redes digitales circularon imágenes del cuerpo mutilado de la joven. Poco después esto traspasó las redes y también se llevaron dichas fotos a medios tradicionales, sobre todo en diarios de nota roja, tales como El Gráfico, La Prensa y Metro (los cuales inclusive agregaron encabezados sensacionalistas).

 

¿El trasfondo? Del lado digital, el interés de obtener viralidad, es decir, “muchos likes”, o bien, a un gran número de personas compartiendo el contenido, lo que se refleja en números altos para los medios. Y en el plano tradicional, la venta de más diarios. Sin importar los costos a la privacidad de la familia de Ingrid, ni tampoco el respeto al cuerpo de una persona que dejó de existir, así como fenómenos como la re victimización.

 

Además, se pasan por alto tres aspectos: la dimensión social de tal hecho al normalizar dicha violencia que incluso puede crear un shock social; una cuestión moral de medios que sin ética ni escrúpulos ponderan el dinero por encima de su labor de contextualizar e informar; y por supuesto, una razón legal, que establece un protocolo de actuación para medios de comunicación, asumido por diversas instancias nacionales e internacionales.

 

Y es que, la sobre exposición a dichas imágenes puede provocar un fenómeno de shock social, lo cual, además de “normalizar” dicha situación en la vida diaria, en algún sentido inmovilizaría a determinados sectores, como bien lo ha estudiado en otros casos, la especialista en Ciencias Sociales Naomi Klein. Aunque, contrario a dicho fenómeno, tales hechos parecen haber indignado a un fuerte sector poblacional, encabezado por colectivas feministas, quienes han pasado a una indignación social que ha resonado en las calles, sobre todo de la Ciudad de México (y que inclusive han intensificado sus legítimas protestas).

 

Por otro lado, no debe perderse de vista que los medios de comunicación coadyuvan a que las personas construyan parte de su realidad social. Por lo que, si bien debemos advertir que no ejercen influencias directas, sí es cierto que deben pensar en que su labor informativa es fundamental para formar ciudadanías críticas que puedan participar en los marcos de la democracia.

 

Punto que precisa de la escucha entre todas las partes involucradas, por lo cual parece un punto positivo el que ya se estén sosteniendo mesas de diálogo. Por ejemplo, miembros del colectivo “Ni una menos” pudieron reunirse con el director de La Prensa, en la cual mencionaron que esas fotos violentan a todaas las personas que las ven, por lo que se están proponiendo más mesas de trabajo.

 

Tampoco debe olvidarse que en lo legal la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tipifica como práctica violenta dicha exposición de imágenes, “tanto de los derechos de las personas detenidas y/o puestas bajo la responsabilidad de las autoridades, como de las víctimas del delito”, según la periodista Carolina Lomas.

 

También la la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, en su artículo 9 menciona que no se debe “promover el odio y la violencia a través de mensajes e imágenes en los medios de comunicación”. Además de otras iniciativas como la  Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, así como la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión.

 

Aunque, quizás también cabría echar un vistazo a algunos debates internacionales que la publicación de fotos sensacionalistas ha propiciado. Por ejemplo, en España la periodista Barbara Celis menciona: “La prensa no es las redes, y no debería ponerse al nivel de las redes. Debería cuidar sus contenidos, no dar pie a confusión. No alimentar el morbo, ofrecernos información, no espectáculo. Es un error prescindir de la figura ‘editor’ que debería tener aún la prensa”.

 

Y es que, siguiendo tal idea, un punto fundamental es que se entienda la importancia del periodismo como herramienta no sólo de venta, sino de formación de ciudadanos críticos. Y para ello se necesita más que “imágenes morbosas”, toda vez del contexto delicado que vive el país, y que se muestra en las protestas que acontecen en las calles.

Gentrificación en la CDMX: fenómeno del Capitalismo global.


Luis Josué Lugo

Recientemente, se descubrió el temazcal más grande en la Ciudad de México, el cual indudablemente es una fuente histórica invaluable de nuestra cultura. Sin embargo, su presencia sólo quedará en fotos, pues se ha anunciado la construcción de casas que ya se tenían contempladas previamente.

 

Por otro lado, en Xoco Coyoacán los vecinos han opuesto una férrea resistencia desde hace meses debido a la ocupación que están haciendo inmobiliarias del espacio, desplazando a vecinos del barrio, para convertirlo en zona comercial. Ergo: las rentas subirán y más multinacionales llegarán (provocando el cierre de negocios locales).

 

En este sentido, se está dando un fenómeno de “aburguesamiento” en colonias de la Ciudad de México. Según un reportaje publicado por Sara Cantera en El Universal, las colonias que más se han afectado son: Doctores, Obrera, Tabacalera y Álamos. Uno de los principales factores para que esto suceda es la ubicación de éstas. Lo que al mismo tiempo ha supuesto que personas con mayor poder adquisitivo arriben a dichos espacios.

 

“Estos proyectos -que suelen ir encubiertos por el discurso de la revitalización o el rescate de los barrios- en realidad no son otra cosa que el despliegue estratégico de medidas y acciones que permiten la especulación y el enriquecimiento de inversionistas, constructores, financieros y funcionarios públicos”, menciona el jurista especializado en dichos temas Rodrigo Gutiérrez.

 

Aún más: la Ciudad de México es un una de las ciudades más caras para rentar, pues inclusive hay personas que invierten hasta el 60% de sus ingresos en cubrir dicho aspecto de sus vidas, por encima incluso de ciudades como Paris, Singapur,  Manhatan, Nueva York o Los Ángeles, según Pricewatherhouse Coopers (Pwc).

 

Dicho fenómeno tiene el nombre de gentrificación, que para el especialista Ignacio Ortiz significa que: “un barrio, por sus características, se vuelve atractivo para un sector de ciudadanos, en principio con rentas más elevadas, que lo comienza a rehabilitar, a mudarse a sus edificios, a recuperarlo y en definitiva a modificarlo en su fisonomía urbana”.

 

De tal forma que entre algunas consecuencias está el mejoramiento de lo infraestructural pero también rentas más costosas. Piénsese que quienes antes habitaban estas zonas, ya no pueden cubrir dichos costos y llegan otro tipo de personas. O bien, algunos incuso prefieren rentar sus casas e irse a habitar otros sitios. Aunque esto no es todo, pues también se asiste a una mayor oferta de servicios como centros comerciales, o bien cafeterías, heladerías, bares, barberías, librerías, etc.

 

Lo que llevaría a preguntar, ¿hacia qué zonas emigran las personas que ya no pueden habitar esos lugares? Probablemente tendrán que desplazarse a zonas periféricas, en las cuales puede haber mayor inseguridad y menos servicios (como por ejemplo la escasez de agua, la cual en la Ciudad de México es mayor en delegaciones como Iztapalapa o Milpa Alta).

 

En consecuencia, hoy podría seguirse cuestionando si existe el mismo apoyo, visibilidad mediática y atención pública a zonas gentrificadas, y aquellas de periferia. Lo que al mismo tiempo supone otra dimensión de la gentrificación: ¿qué tipo de narrativas son las que promueve? Lo que también supone pensar en aquellas que invisibiliza. Por ejemplo, si pensamos en Coyoacán, ¿qué pueblos originarios desplaza la imagen de grandes inmobiliarias? O en el propio kiosco de esta delegación, ¿qué comerciantes han sido los desplazados?

 

En contextos como el de la Ciudad de México, muchas veces estos fenómenos de gentrificación también vienen asociados con fenómenos de desplazamiento forzado. En este sentido, según la Procuraduría General de Justicia , entre 2010 y 2015, cada día se produjeron en la ciudad 8.6 desalojos.

 

Finalmente, para varios especialistas, el Estado puede intervenir fijado precios máximos en las rentas, así como estableciendo mecanismos anti corrupción para inmobiliarias, a lo cual se agrega la necesidad de exponer estos problemas en distintos espacios. Inclusive se pueden generar fondos de vivienda para interés social recogiendo una parte del dinero a inversionistas.

 

Inclusive, y contrario a la lógica que ha operado en espacios como La Condesa, para investigadores como Luis Alberto Salinas, es posible propiciar procesos mixtos de saneamiento, “puede haber procesos de recuperación urbana si la revitalización de un espacio mantiene y no afecta a la población residente”.

La necesidad del espíritu crítico y humanístico en la UNAM


Luis Josué Lugo

El pasado 30 de enero las instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) amanecieron tomadas por un grupo de personas encapuchadas, quienes, ante el contexto de violencia de género, piden que rectoría tome medidas en este ámbito. Ante lo cual, Enrique Graue pidió mesura de los estudiantes.

Y es que, la FCPyS se sumó a otras ocho escuelas de la UNAM, fundamentalmente por temas como la violencia de género que se vive al interior de la Universidad (incluso Facultades como la Filosofía y Letras llevan 3 meses en paro).

Demanda que es urgente atender, y que al mismo tiempo envuelve problemas de seguridad al interior del campus universitario, así como aspectos como los servicios médicos deficientes. Para muestra, el joven en CCH que murió por negligencia al interior de dicho plantel el pasado 07 de enero.

Inclusive, se ha amenazado con extender el paro a otras facultades, lo que indudablemente conmina a que el rector tome medidas que promuevan protocolos de género, opiniones de especialistas (en foros y consultas públicas), pero también consideren medidas que sin comprometer la autonomía de la Universidad, así como su espíritu crítico, coadyuven a sostener a una de las dos mejores universidades de Latinoamérica (según la QS University Ranking 2019).

Sobre todo, porque al interior de la UNAM coexisten varios grupos políticos, tanto institucionales, como de choque, que aprovechando la coyuntura, podrían intentar desestabilizarla.

Aún más, parece ser un tiempo que invita al diálogo, tanto de los estudiantes afectados (considerando que tienen un consejo técnico y universitario, pero que muchas veces es ajeno a ellos), como de autoridades, órganos de gobierno y también los propios profesores de asignatura, quienes en la mayoría de las veces son poco considerados para la toma de decisiones.

Sin duda, cada Facultad y la propia Universidad debe observar en su interior, para democratizar varios de sus procesos y decisiones, toda vez que si se da prioridad a “mafias académicas” y no al pensamiento humanista, la investigación científica y las decisiones plurales- en el marco de una universidad pública- la conciencia crítica de la sociedad se verá minada.

Aún más, para temas como el de la seguridad y las diversas violencias, es importante entender que también el contexto que vive en país incide, y por tanto las soluciones también deben extenderse al ámbito estatal y nacional (una vez más sin comprometer la autonomía universitaria).

Es importante enfatizar que en tanto, las partes envueltas en el conflicto no vean representadas sus demandas, y logren un cabildeo efectivo, las tomas en las diversas escuelas y facultades seguirán siendo herramientas de presión política por grupos activistas, como una forma de expresión política para llamar la atención sobre temas que de otro modo se verán invisibilizados.

La crisis humanitaria de la Caravana Migrante y su desatención nacional


Luis Josué Lugo

Recientemente, la Guardia Nacional y agentes del Instituto Nacional de Migración contuvieron una Caravana de migrantes que se disponía a pasar por el territorio nacional. Entre sus integrantes figuraban hombres, niños y mujeres. Acto seguido: entre gases lacrimógenos y detenciones arbitrarias han circulado imágenes de migrantes deportados, así como violentados en sus derechos humanos.

En específico, cerca de un millar de migrantes cruzaron en grupo el río Suchiate que divide a Guatemala de México. Ante lo cual, según la Oficina de Derechos Humanos, la Guardia Nacional detuvo a 402 centroamericanos (con uso de violencia). Tal hecho resulta importante puesto que hace apenas un año el presidente de México, Andres Manuel López Obrador, se había comprometido a dar un trato digno a los migrantes. Inclusive desplegó una serie de medidas para recibirles y apoyarles. Lo cual tuvo más eco, pues inclusive defensores históricos como el sacerdote Solalinde se sumaron a su equipo.

Sin embargo, en esta ocasión tal discurso se vio contradicho en las acciones de violencia observadas en imágenes que dieron vuelta al país y continente, y que además contaron con un respaldo significativo por parte de sus seguidores, quienes inclusive agredieron por redes digitales a quienes se mostraran críticos ante el tema.

¿Por qué tales hechos resultan preocupantes? Porque por un lado, polarizan aún más a la sociedad mexicana, en tiempos de crisis global, en los cuales los consensos de las diferencias parecen inaplazables sobre todo para temas migratorios, de género, ambientales, etc. Y por otra parte, debido a que se pasan por alto los derechos humanos de migrantes que atraviesan por México hacia Estados Unidos, sembrando fuertes dudas sobre la soberanía de México ante estos temas. Como señala el periodista Alberto Pradilla: “soldados mexicanos detienen y encierran a familias centroamericanas para imponer políticas diseñadas en Estados Unidos”.

Con estas medidas de seguridad, parece legitimarse la idea de migrantes que vienen a robarle el trabajo a connacionales, o bien, de personas agresivas (centroamericanas) que violentan la cultura nacional, toda vez que incluso organismos como CONAPRED han reportado que la mayoría de quienes conforman la Caravana lo hacen por aspectos de inseguridad en sus países, crimen organizado y temas de género (homosexuales que son perseguidos en sus países de origen).

Por otro lado, como bien reportan organizaciones como Amnistía Internacional, México es uno de los destinos más peligrosos para “ser migrante”, y no sólo por la frontera con Estados Unidos, sino sobre todo por el trato que se da a migrantes centroamericanos (y ahora africanos) a la entrada hacia nuestro país. Aspecto que si bien es histórico, parece que no ha cambiado mucho en tiempos de un “gobierno de izquierda”.

En este sentido, y contrario a la CNDH que omitió hacer algún pronunciamiento sobre el tema migratorio, organizaciones de derechos humanos se han pronunciado sobre este tema por el trato que recibieron los migrantes; entre ellas la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

Inclusive, integrantes del propio partido en el poder, tales como Porfirio Muñoz Ledo, han denunciado el tema, contando con el rechazo de la mayoría de los militantes de dicha organización política.

Aunque probablemente lo más preocupante sea la poca capacidad de autocrítica del gobierno en turno, que en materia migratorio antepone una supuesta “razón de Estado”, es decir, que primero va la seguridad en México (muy parecido al  America First de Donald Trump, a convenios internacionales de derechos humanos.

Sumado a ello, el otrora crítico de la situación que viven migrantes, Alejandro Solalinde, ahora que ocupa un cargo público, esgrime que se trata de infiltraciones y conspiraciones contra la “4ª transformación”. Con esto, no desestimamos sus declaraciones, pues viniendo de su expertise, se tienen que indagar a fondo.

Pero, sorprende que no exista alguna crítica hacia una política migratoria cercana a los intereses de Estados Unidos, y no a un supuesto gobierno progresista, que coadyuve a ser reconocido por su política de paz, más que de confrontación.

Aunque aún es tiempo de revirar, o de lo contrario, la polarización y violencia en las fronteras seguirán creciendo.

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